El de ayer fue un día difícil sobre todo para los vecinos de Lorca. En colateralidad, el terremoto provocó la suspensión de la campaña de los partidos mayoritarios. Pero lo importante fueron ellos. O al menos eso decían los políticos mientras se hacían las fotos pertinentes. Pocas bromas con los desastres naturales y sus víctimas que se suman por miles, no sólo entre muertos y heridos, sino también con los afectados que han perdido su vivienda.
Tragedia con políticos.
Los políticos se pirran por una tragedia. Ponen cara de circunspectos, semblante de estadistas para pasearse por las zonas devastadas. A Mariano Rajoy le faltó tiempo. Como a Cayo Lara. No se sabe qué pintaban ninguno de los dos. Una explicación pudo darla la reportera de la primera “Los efectivos del centro de control han tenido que interrumpir su trabajo para explicarle su cometido a los políticos que acudieron”. Es decir, estaban allí para molestar.
Pareja de hecho.
Foto de diariosur |
De concentración.
Ayer estuve en una concentración en solidaridad con los pueblos árabes y en repulsa por el comportamiento de los gobiernos europeos ante quienes huyen de las tiranías por el Mediterráneo. Éramos un centenar largo de personas entre las que vi a candidatos de Izquierda Anticapitalista, Izquierda Unida y el Partido Andalucista, con su cabeza de lista al frente. La mayoría de los que estábamos allí tenemos derecho al voto, por eso, en aplicación de la doctrina Romaní, creo debería haberse prohibido la concentración.
La piscina mágica.
No me cansaré de reirme de esta foto del diariobahiadecadiz.es |
EusCadi.
Por circunstancias de la vida, una vez pasé las elecciones municipales en un pueblo de la provincia que prefiero omitir, con alcalde socialista. Allí un anciano, después de votar, nos pidió a los integrantes de la mesa el certificado de que había votado al alcalde, por si se lo pedían. Desde entonces me creo cualquier historia que me cuenten sobre las reticencias que tienen algunos de formar parte de las listas que no van a gobernar en los pueblos de nuestra provincia. Supongo que será igual en el resto de la Andalucía rural. El miedo no necesita bombas.
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