jueves, 24 de enero de 2013

On air: Sobre sobres

Estos últimos siete días, los grandes protagonistas han sido los sobres. En este caso no son sobres con papeletas de voto para las urnas, sino sobres con dinero que circulaban por Génova, 13, sede del Partido Popular. Descubierto el escándalo parece que Bárcenas estaba allí por designación divina y que no se relacionaba con nadie, que nadie en el PP cobraba ese dinero. Si se confirma, es el escándalo más grave de la historia democrática española, pero, como siempre, no se asumen responsabilidades sino que se desvían.


A estas alturas de vida política pasiva, mi capacidad de sorprenderme es muy limitada. He visto a los políticos y a los cargos públicos hacer tantas barbaridades que me puedo esperar casi cualquier cosa. Les puedo contar, por ejemplo, que un Ayuntamiento como el de El Puerto de Santa María, recibe dinero con cargo a fondos de integración de inmigrantes, y después se los gasta en otra cosa sin ruborizarse lo más mínimo y debiendo esas subvenciones a las entidades que prestaron el servicio. Que la Junta asfixia a las escuelas de educación infantil de tal forma que lo que debería ser un servicio con valor añadido se convierte en un negocio ruinoso. Podemos seguir. Políticos con tres, cuatro y hasta diez sueldos. Alcaldes y alcaldesas que nunca están en su ciudad. Consejeros o ministros que saltan a las empresas privadas a las que favorecieron durante su gestión. 
Son las cosas de nuestro día a día. Después están los grandes escándalos. Como que el dinero de los parados catalanes sirviera para financiar a Unió Democrática de Catalunya y el de los EREs andaluces para fiestas y cocaína. O el caso Urdangarín que, cada vez más parece el caso Infanta Cristina. 
Pese a todo, siempre hay una vuelta de tuerca más, un nuevo caso que asombra por su magnitud y su alcance. Esa fue la sensación que tuve cuando me desayuné con la noticia de El Mundo sobre el caso de los sobres en el Partido Popular. Cuando creía que lo había visto todo, un nuevo escándalo sacude los cimientos del sistema de partidos. Si se confirman los datos expuestos por El Mundo, durante veinte años en el Partido Popular han estado pagando a los altos cargos con sobre sueldos en negro. Con negros sobres con sueldo. 
Los analistas se empeñan en discernir las claves comenzando por el origen de la filtración. Si proviene de Bárcenas que se siente abandonado por el PP esto sería sólo la punta del iceberg. Sin embargo, al ser primicia de El Mundo, hay quien mira al propio interior del PP y a la Secretaria General que hubiera utilizado esos hechos para inhabilitar políticamente a sus rivales dentro de Génova, aunque, en estos casos, lanzada la piedra la bola de nieve podría alcanzar proporciones no previstas. 
Los ciudadanos, sin embargo, no se detienen en esas disquisiciones sino que escupen sobre la partitocracia que nos asfixia. Comisiones, sobres, pagos en negro. Como en Italia con la mafia. Aquí tenemos también la mafia y estaba dentro del PP. Sin saber el listado completo de los receptores de sobres, la importancia de lo denunciado, la duración en el tiempo y el nivel de responsabilidad de los implicados debería ocasionar más reacciones que la de desviar la atención con una auditoría externa, como si las comisiones y los pagos en negro dejaran recibo.

martes, 22 de enero de 2013

On air: Gresca sanitaria

Las enfermeras de Pascual. Foto: estrelladigital

Siempre me ha resultado sorprendente la actitud del PSOE en relación con los conciertos sanitarios y educativos. Unos y otros los han mantenido sin practicar esa política de izquierdas que predican cuando están en la oposición. Esta vez ha sido el PP de Madrid el que se lo ha echado en cara. En concreto, los conciertos con Pascual en la provincia de Cádiz. Es evidente que el PP tiene mucho que callar a este respecto, pero el PSOE podría empezar a aplicar las políticas que exige que apliquen los demás.

Andan el Partido Popular y el Partido Socialista a la gresca por el tema sanitario. Como este sistema nuestro es como es, el enfrentamiento político lo dilucidan a través de dos Comunidades Autónomas y nos encontramos a la Comunidad de Madrid y a la Junta de Andalucía echándose en cara sus fórmulas de gestión de la sanidad pública. 
Todo empezó cuando el consejero de Madrid recordó la cantidad de hospitales de gestión privada que hay en Andalucía y, concretamente, en Cádiz. Los socialistas, ahora a la cabeza de las manifestaciones contra la privatización sanitaria, pusieron el grito en el cielo. No es lo mismo, no es lo mismo, decían. Y puede que sea verdad.  
Porque la reforma sanitaria en Madrid es la máxima perversión del sistema. Un hospital construido con fondos públicos, financiado con los impuestos de los madrileños, y también en una parte con nuestros impuestos; un hospital de esos se le entrega a la gestión de empresas privadas que pretenden obtener beneficios a costa de la salud. Todo se ensucia aún más si tenemos en cuenta los vínculos entre los propietarios y gestores de las empresas que reciben los hospitales y la cúpula del Partido Popular. 
La duda es cómo obtienen los beneficios las empresas privadas que gestionan un servicio público como la sanidad que es, presuntamente, deficitario. Se habla de eficiencia, de eficacia y no sé cuántos neologismos liberalistas más, pero en Cádiz le podemos explicar que no. Que se trata simplemente de empeorar la atención, masificar los servicios y hacer recaer en los derechos de sus trabajadores y en el tiempo, la paciencia y la salud de los usuarios el balance del empresario. Cualquiera que haya sido atendido en Puerta del Mar y en San Rafael sabe de lo que le hablo. 
Es verdad que la situación andaluza no es idéntica. Aquí los hospitales ya estaban, no se han construido con los impuestos pero sí que se están alimentando e, incluso, salvando con las dotaciones económicas que salen del presupuesto público para abonar cada cita que el SAS desvía a Pascual. 
Y aunque el sistema no sea exactamente el mismo no estaría mal que ahora que el Mar Moreno se ha dado cuenta de que la gestión concertada supone un riesgo para la sanidad pública, universal y gratuita se proponga cambiarlo. La excusa de que sale más barato no sirve. Si en su momento, en lugar de seguir financiando a un empresario concreto se hubiera propuesto la construcción de nuevos centros íntegramente públicos los beneficios serían notables. Porque los beneficios de salud no se miden únicamente en términos económicos. O, al menos, eso es lo que debería pensar un político de izquierdas.

lunes, 14 de enero de 2013

On air: La crisis del deporte en Cádiz

Esta foto de Eulogio García es de esas que me encanta
colgar cada vez que puedo. Al menos garantiza unas risas.

La semana pasada se anunció de nuevo la apertura de la piscina de Astilleros para mañana. A día de hoy aún no sé sabe si esta vez será la buena. Si no lo es, no será sorpresa porque la gestión deportiva municipal es un auténtico desastre. A este tema le dediqué mi columna del jueves que cuelgo con un poco de retraso.

La pésima última etapa del Teofilato no sólo se plasma en las cuestiones fundamentales para la ciudad como la vivienda y el empleo. También se manifiesta en cuestiones más cotidianas en cuya gestión el equipo de gobierno ha incurrido en una dejadez alarmante. Es el caso del deporte.
El deporte profesional y semiprofesional es un auténtico páramo en la ciudad. Cádiz es de las pocas capitales de provincia que no tiene ningún equipo en las dos primeras categorías de las principales competiciones disputadas en España. En ese caso se pueden repartir las responsabilidades entre la falta de compromiso municipal y la ausencia de tejido económico que financie esos clubes.
Lo que sí es únicamente responsabilidad del equipo de gobierno es su gestión. La dejadez se ha instalado de tal forma en los responsables municipales del deporte que nos encontramos con que el principal pabellón, el Ciudad de Cádiz, no abre un día porque nadie tiene las llaves. Y el último golpe lo han dado con las tasas.
Después está lo de las tasas. Este año se han incrementado en un 25 por ciento de media. Parece que se pretende que los que practican deporte paguen los excesos financieros municipales del Bicentenario y Onda Cádiz. Todo ello para hacer deporte eninstalaciones públicas descuidadas.
Ya he reiterado en varias ocasiones el pobre estado de conservación de las instalaciones deportivas municipales. Las goteras son muestra común en casi todas las pistas deportivas. No sólo en las más antiguas como el Gadir o el Ciudad de Cádiz sino también en obras recién estrenadas como el Náutico o el pabellón del Casco Antiguo. Eso por no hablar de las obras que se eternizan en el tiempo. Saber cuándo se inaugurará el pabellón Portillo entra dentro de los grandes misterios del universo.
Algo parecido a lo que sucede con la piscina de Astilleros. Esta semana se ha vuelto a anunciar su apertura en esta ocasión para el 15 de enero. Para hacer un poco de memoria conviene recordar que esta instalación ya fue anunciada para mayo de 2007 (coincidiendo con unas elecciones municipales), para verano de 2008, para principios de 2010 y para mayo de 2011 (coincidiendo con otras elecciones municipales). En aquellaocasión incluso se permitió la inscripción de usuarios. En mayo de 2011 casi 200 personas se habían inscrito, pero no han podido utilizar aquella piscina. En octubre de 2012 volvió a anunciarse su apertura pero tampoco fue. Ahora el 15 de enero. La credibilidad del anuncio es mínima. Pero siempre podremosrecordar que la piscina sirvió para ver aquella foto de Teófila nadando a braza en una piscina vacía.

viernes, 4 de enero de 2013

Las prioridades prioritarias apriori

Teófila con la boina a lo Hugo Chávez.
Foto: eldiariomontañes.es
Esta semana tenía preparadas dos columnas. Primero escribí la que ahora transcribo basada en esta entrevista a Teófila Martínez y en esta otra. Sin embargo, consideré que muchas de las cosas que decía ya las había dicho antes y que tampoco estaba de más darle una tregua a la cántabra ahora que parece ser que nos abandona. Por eso, preferí emitir la columna de Baltasar pero tampoco podía dejar de publicar lo que pensaba así que esta se ha quedado para los más íntimos que visitan mi blog.


Cuando el Trece aún camina con pañales en su tercer día parece el momento adecuado para trazar las estrategias, perspectivas y esperanzas para este año que comienza. 
Como cada año los principales periódicos se llenan de diagnósticos, análisis y pronósticos para los próximos 365 días. También la alcaldesa de Cádiz ha desarrollado el suyo particular. Tras el fallido Doce, dice la señora Martínez que sus prioridades para el Trece serán la vivienda y el empleo. Habría que preguntarle cuáles han sido sus prioridades durante estos 17 años que lleva en el poder porque si hay un fenómeno que caracteriza el teófilato desde el punto de vista social es la pérdida población asociada a los problemas para el acceso a la vivienda y al empleo de los gaditanos. Además, en no pocas ocasiones ante el acuciante desempleo que sufre la ciudad, Teófila y los suyos han declinado responsabilidades por carecer de competencias en empleo. Cuesta entonces entender cómo se puede priorizar algo sobre lo que no se tiene competencias. 
Pero no quiero cargar las tintas sobre Martínez. Si se confirman los rumores, el año 2013 será el año de su adiós. Sólo puedo desearle que vaya con Dios o, dicho de otra forma, que tanta gloria lleve como paz deja. Su dedo designará su sustituto como  gusta en el Partido Popular y en el chavismo venezolano, sin que los gaditanos podamos pronunciarnos. 
Aunque si les soy sincero, a estas alturas de la película ni me preocupa el nombre de la persona que se siente en el sillón de San Juan de Dios. Para el Trece prometo ignorar las camarillas, los politiqueos y hasta la prima de riesgo, la intervención y la balanza de pagos. 
En este nuevo año la verdadera y única preocupación deben ser las personas. Esos 600.000 gaditanos que según anuncian los medios de comunicación se encuentran en el límite de la precariedad. Los que forman las colas en los comedores sociales. Los parados de larga duración que agotaron sus prestaciones y que malviven a la espera del anuncio de que se prorroga la caridad de los 400 euros. Los trabajadores de empresas como Iberia, Paradores, Abertis o hasta UGT que tienen sobre ellos la sombra de un ERE. Esos otros currantes de cualquier empresa que no salen en la prensa pero saben que en el 2013 pueden convertirse en un número más que sumar a la estadística y que contribuirán a que durante este año los cinco millones de parados pasen a ser seis. Los pensionistas que mantienen a sus familias mientras que tienen que pagar los medicamentos en las farmacias. Los jóvenes que inician su vida profesional en algún rincón frío de Europa descapitalizando el valor humano de la marca España. 
Sólo si ellos se convierten en la prioridad y preocupación de nuestra democracia podemos esperar un año mejor. Pero priorizar algo no consiste en repetirlo en las entrevistas sino en trabajar por mejorar su situación.

jueves, 3 de enero de 2013

On air: Baltasar es negro

Lucas será el Baltasar en Cádiz
Este jueves he escrito dos artículos. Uno, sobre la situación político-social en la perspectiva del nuevo año que se ha quedado en el baúl y que, probablemente, publicaré en el blog mañana. Sin embargo, he preferido hacer una columna para Radio Cádiz algo más navideña dedicada a los Reyes Magos. En realidad surgió a partir de una conversación con un amigo sobre el rey Baltasar y quienes lo emulan en España.


Reconozco que de todas las fiestas navideñas, mi día preferido es el de los Reyes. No me gustan las uvas y nunca ligué en un Fin de Año. El 1 de enero las calles tienen resaca. A mi casa sólo llegó Papa Noel porque me educaron en las tradiciones clásicas. Tengo presente algunas nochebuenas realmente buenas y muchos días de Navidad en familia. Pero pese a todo me quedo con el día de los Reyes Magos. 
No se trata de una cuestión nacionalista porque a mi me gustaban los Reyes Magos cuando se creía que eran de Oriente y no como ahora cuando ha dicho el Papa que son andaluces. Mis mejores recuerdos están asociados a la ilusión de la espera, metido en la cama con un ojo entreabierto tratando de sorprender a los Magos en su impresionante aventura de acudir a todas las casas del mundo a llevar los regalos. También las sorpresas al contemplar los juguetes y, por qué no, alguna que otra decepción acumulada en los años. Aunque de estas últimas pocas gracias a que a mis padres nunca les faltó el trabajo ni la salud para desarrollarlo. 
Ahora he cambiado de bando y observo en mi hijo esa ilusión reflejada en sus ojos cada vez que hablamos de los Reyes Magos. Él no sabe aún que es un afortunado porque su madre y yo podemos pagar las facturas de los juguetes que la noche del 5 entren en casa. Mientras, muchos niños tendrán que conformarse con la caridad de Asociaciones y la solidaridad de la buena gente que sirven de parche pero que no solventan el verdadero problema de justicia social que subyace en la España del 2013. Otros no tendrán ni esa fortuna y amanecerán el día 6 con el salón vacío mientras que sus padres se muerden los labios para no llorar. 
Regreso a la dinámica de contemplar cabalgatas y me llama la atención lo poco que han cambiado los Reyes Magos en España. Cada vez son más y hay nuevas figuras como el Cartero y la Estrella. Por cierto, aprovecho la ocasión para mandarle un abrazo al Cartero Real de Cádiz. Seguro que su madre estaría orgullosa de verlo llenando de ilusión la cara de tantos niños. 
Sin embargo, lo que no ha cambiado apenas es la figura de Baltasar. En una sociedad como la nuestra, multicultural y cada vez más interracial, resulta ridículo que no sean personas de raza negra quienes representen al mago negro. Se prefiere a un personaje de relevancia con la cara pintada. Si el papel de las mujeres queda relegado a la Estrella de Oriente porque los Reyes Magos eran hombres, cómo se consiente suplantar la raza de uno de ellos. Salvo las excepciones de futbolistas y médicos las cabalgatas de España se llenan de maquillaje para no acudir a la realidad de esta nueva sociedad. Como si un vendedor ambulante, un obrero de la construcción o un camarero no pudieran despertar la ilusión de tantos niños.