jueves, 18 de junio de 2015

On air: Adiós

Hoy me tocaba la primera columna en Radio Cádiz con Kichi en la alcaldía. Pero como Yolanda Vallejo ya hizo esta maravilla el domingo, pues he preferido pensar que tocaba la última con Teófila Martínez fuera del sillón de Salvoechea. Y a ella ha ido mi carta.

Estimada señora:
Ahora que todo el mundo le escribe al nuevo, yo he preferido dedicarle mi columna a usted. Al fin y al cabo la educación requiere despedirse del que se marcha. Además, de lo que había que decirle al nuevo es difícil mejorar lo que hizo Yolanda Vallejo el domingo en La Voz. 
Comprenderá que me sienta raro. Es mi primera columna que se emite en Radio Cádiz sin que en San Juan de Dios haya nadie pendiente para ver qué digo. Han sido muchos años. Veinte años es demasiado tiempo para cualquier proyecto político y mucho más para uno tan personalista como el suyo. 
No se lo reprocho. La ciudad le votaba y usted seguía presentándose: pero le ha perdido la soberbia. Una retirada a tiempo y quizá ahora tendríamos un debate sobre si el nuevo puente debe llevar su nombre. Debate al que yo me sumaría, por cierto. Usted ha sido mi alcaldesa aunque nunca la haya votado. Y se ha merecido siempre mi respeto aunque nunca haya comulgado con su forma de hacer las cosas. Aunque su gente me haya vetado para intervenir en Onda Cádiz. Aunque hayan llamado a todos los sitios en los que opinaba para pedir mi cabeza. 
Por eso me sorprendió su falta de elegancia el día 13. Ni siquiera felicitó al nuevo alcalde en su discurso. Podría haberse fijado en Jose Blas Fernández, al que yo siempre he criticado pero que estuvo señorial ese día. Por cierto, ya que estamos tampoco me gustó el tratamiento que recibió cuando abandonó el Ayuntamiento. No es de recibo. Por un momento pensé que la turba iba a hacer como en Iraq con la estatua de Sadam Hussein e iban a tirar abajo las pantallas. Pero no, se han conformado con quitar la publicidad institucional. 
Ya los balances los han hecho otros. Ya sabemos que Cádiz ha cambiado, el soterramiento, el segundo puente y su gusto por las obras públicas. Yo, qué quiere que le diga, sigo estando más preocupado por la pérdida de población y por el mantenimiento de los niveles de desempleo. Y por la deuda pública que deja, engordada por su aparato de propaganda. 144 millones de euros se ha gastado en autobombo. Cien millones de pesetas al mes. Si hay que aumentar la deuda que sea pagando alquileres a quien no puede. 
Con todo le deseo que le vaya bonito. Ojalá la nombren ministra de Fomento y venga a la inauguración del segundo puente. O que descanse con su familia. Al fin y al cabo, cuando el tiempo pase se le recordará con más cariño. Mire a Carlos Díaz.

jueves, 4 de junio de 2015

On air: La batalla de Cádiz

Susana Díaz y Teófila con el tipo de la chirigota del Gómez
los que ponen la primera piedra. Foto: Cadizdirecto.
Mucho Juego de Tronos y poco respeto al ciudadano. La política en Cádiz se ha convertido en una partida de ajedrez en la que las fichas las mueve la Khalessi de Triana, como la llama Fernando Santiago. Por eso, hoy le he dedicado mi columna en la Candea SER.

Tengo la peor consideración posible de Susana Díaz. Su llegada a la presidencia de la Junta con un curriculum laboral en blanco fuera del PSOE representaba el culmen del triunfo de los políticos profesionales. Esos que se dedican a medrar en el partido, a eliminar a los disidentes, a vivir la política como un combate y no como una vocación de servicio público para mejorar la vida de los ciudadanos encontraban su representante máxima.
Sin embargo, con el tiempo me he dado cuenta de que no. De que me quedé absolutamente corto. Que Maquiavello se ha reencarnado en la hija de un fontanero que presume de roja y honesta pero que no parece ser ni una cosa ni otra.
Repasemos un poco los acontecimientos. Susana Díaz sustituyó a Griñán, ahora en puertas de ser imputado por los EREs, y heredó un pacto de gobierno con Izquierda Unida. Después de aprobar los presupuestos para 2015, en enero de este año Susana dinamitó el acuerdo para buscar, según decía, una mayor estabilidad. Convocó unas elecciones en las que recibió menos votos que Griñán y se quedó sin encontrar apoyos para su investidura.
Pero que a Susana los planes le salgan mal no le importa porque siempre se le ocurre una huida hacia delante. Hoy publica El País, fuente fiable cuando se trata del PSOE de Andalucía, que Susana Díaz está dispuesta a dejar gobernar a Teófila Martínez en Cádiz. En Sevilla o Jerez le sirven los votos de las candidaturas de izquierdas para que el PSOE logre las alcaldías, pero en Cádiz no está dispuesta a permitir el gobierno de Por Cádiz sí se puede.
En campaña ella dijo que nada le unía al PP ni a Podemos, pero parece que en Cádiz le unen más cosas a Teófila que al Kichi. Quizá sea su forma de pagarle a Teresa Rodríguez por la humillación de la triple investidura fallida. O quizá utilice Cádiz para darle una patada en la espinilla a su archienemigo, que no es Mariano Rajoy, precisamente, sino Pedro Sánchez.
Cuanto más se acerca el 13 de junio más lejos está el cambio que la ciudadanía de Cádiz ha votado. La duda es saber si el PSOE de Cádiz está dispuesto a convertirse en el tonto útil del susanismo. Con tantos sueldos de la Junta y Diputación por repartir entre tantos políticos profesionales como hay en Gaspar del Pino, la respuesta parece clara. Veremos. Si siguen los designios susanistas estarán cavando la tumba del PSOE en Cádiz. Un partido que en 20 años ha pasado de gobernar a tener cinco concejales. Y aún puede caer más bajo.