jueves, 6 de noviembre de 2014

On air: De fotos y no fotos

La foto de Palazón en El País
Hace unos días me llamó la atención la noticia de que en el Ayuntamiento de Alicante se había votado contra la presencia de imputados en las listas municipales pero se había hecho de tal forma que se evitara la foto de los concejales en la votación. También en Alicante andaban preocupados con la presencia del Rey y Rajoy en unas jornadas y su posible coincidencia con la alcaldesa de esa localidad y las fotos que eso pudiera provocar. Al final parecía que lo único que preocupaba de una alcaldesa imputada es que se hicieran fotos con ella. Es una nueva modalidad política, la no foto. Ayer la practicó en Cádiz la ministra Ana Pastor.

Si ya el proverbio chino apuntaba aquello de que una imagen vale más que mil palabras, en esta sociedad nuestra de la inmediatez y la sobreinformación, las imágenes alcanzan un valor esencial. La foto es lo que impacta, lo que llega, lo que repugna o lo que alcanza. 
Sirva como ejemplo la foto de José Palazón, el activista melillense por los derechos de los inmigrantes que la próxima semana participará en unas jornadas en Cádiz, en la que se podía ver a unos subsaharianos encaramados a la valla mientras que justo abajo otros señores, con otro color de piel y otro origen, jugaban al golf. Es la fotodenuncia, esa modalidad de periodismo que cultiva tan bien en Cádiz nuestro amigo Eulogio. 
Los políticos hace mucho tiempo que se dieron cuenta de la fuerza de la foto. Es clásico referirse a la visita de uno de aquellos que cobra salario público por ganar elecciones con el conocido “ha venido a hacerse la foto”. Recientemente lo hizo el consejero De Llera en la inauguración del Foro Provincial de la Inmigración. Foto y a otra cosa que hay que salir en los periódicos. 
Una de las grandes damas de la fotografía política es nuestra querida señora alcaldesa. Hubo tiempos mejores en los que resultaba complicado encontrar una página del Diario de Cádiz en la que no apareciera doña Teófila. No hay que irse muy lejos para recordar su foto con la Asociación de Vecinos de Loreto en plena crisis del agua que servirá para que nadie pueda decir que ella no fue al barrio. 
Sin embargo, ahora que vienen mal dadas se ha puesto de moda una evolución del concepto: la no foto. Ha pasado hace unos días con el Rey Felipe, Mariano Rajoy y la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo. El problema dejó de ser la pluriimputación de la alcaldesa sino que se viera una foto de Rajoy con Castedo, supongo porque sería la forma visual de demostrar que el PP no está haciendo, ni mucho menos, todo lo posible contra la corrupción. 
Otro ejemplo de no foto lo tuvimos ayer con la ministra Pastor. La mujer que susurraba al levante no quiso esta vez posar con el casco y los chalecos amarillos ante la eterna obra del Segundo Puente. Ese que, según dijo ella misma hace algún tiempo, estaría terminado por esas fechas. Para evitar el bochorno, realizó una comparecencia aséptica en el Palacio de Congresos. Repitió el anuncio del año pasado: el puente estará acabado el año que viene. Algún año acertará. Y entonces sí vendrá a hacerse la foto.

jueves, 16 de octubre de 2014

On air: Sin Aguas de Cádiz. Sin Ayuntamiento de Cádiz

Retomo la costumbre de colgar mis columnas de Radio Cádiz en mi blog con motivo del corte de suministro de agua en el barrio de Loreto que, por otra parte, fue el barrio en el que me crié. Dicen que le puede pasar a cualquiera, pero lo cierto es que no le ha pasado a nadie. ¿Por qué ha pasado en Cádiz?
Ni el presidente de Aguas de Cádiz ni la Alcaldesa
han pisado el barrio de Loreto. Foto: elbaluartedecadiz.es

Salvo que sólo se informen por las pantallas que ha colocado el Ayuntamiento para desinformarnos, a estas alturas ya sabrán que 13.000 vecinos de Cádiz, que pagan sus impuestos como usted y como yo, que votan en las elecciones como usted y como yo, cuando abren el grifo no tienen agua. 
En realidad, a estas alturas es de lo poco que pueden saber, porque poco más se ha dicho. Loreto se ha quedado sin agua porque hay una bacteria coliforme. Lo demás queda entre sombras. 
Tenemos algunos datos más. Que los vecinos llevan quince días denunciando el mal olor del agua corriente. Que las bacterias coliformes suelen encontrarse en aguas fecales o estancadas y que al menos, durante veinticuatro horas, han estado consumiendo agua contaminada.  
El resto son conjeturas. Hasta ayer no fueron los técnicos de Aguas de Cádiz al barrio a dar explicaciones. Aunque más que explicaciones estuvieron buscando su Teresa, su chivo expiatorio al que echarle las culpas de todo. Una obra mal hecha en alguna casa podía ser la causa, decían. No soy experto en análisis de agua. Sólo puedo constatar que revisando en Google corte de suministro de agua por bacteria, las únicas referencias que aparecen son las de Cádiz y las de un pantano de Caldas, Galicia, en 2010. ¿En ningún otro sitio han hecho mal una obra? Parece que, como siempre, lo que tratan es de buscar una teoría que salve del despropósito al equipo de gobierno. 
Lo del agua es una metáfora de lo que está pasando en este Cádiz. El teofilato está tan agotado como las tuberías. Aguas de Cádiz gasta su dinero en patrocinar el Festival Aéreo y en pagar la retransmisión del concurso del Falla en Onda Cádiz, pero cuando hay un problema no hay nadie con la calidad ni la calidez para resultar creíble y cercano. Ni la capacidad para solucionarlo.  
Calidez, calidad y capacidad son condiciones, como la empatía de las que carece el presidente de Aguas de Cádiz que no ha ido al barrio a dar explicaciones. Algo más la Alcaldesa, última responsable del servicio de aguas de su localidad que se mostró más conciliadora pero tampoco da soluciones. Es curioso, ambos recibieron en sus despachos pero nadie baja a la calle a mojarse. Bueno, en esta ocasión mojarse poco, más bien pringarse de bacterias. 
De momento son 13.000 vecinos los que rememoran postales antiguas, en blanco y negro, de cubas de agua y casas de baños, aunque ahora sea el polideportivo y el Estadio. Esperemos que no sean más aunque según la web de Aguas de Cádiz el análisis del agua es uno común para toda la ciudad.

miércoles, 6 de agosto de 2014

On air: La ciudad de los prodigios

Ella visitando los Depósitos de Tabaco muy bien acompañada
Foto: Eulogio García
La columna de hoy para Radio Cádiz me la han chivado. No es mía, se la grabé a un alto cargo municipal pepero al que me encontré el otro día en las Jornadas de Puertas Abiertas de los antiguos Depósitos de Tabacos. Yo sólo he cogido la grabación y la he pasado a limpio y le he puesto título porque a mi me recuerda a ese pasaje de "Cien años de soledad" en el que descubren el hielo. Un prodigio bien publicitado.
Corran. Vengan. Pasen y vean. Ya pueden visitar los fantásticos Depósitos de Tabacos. Antes aquí hubo actividad industrial y ahora pueden observar cómo se adaptan las naves a las necesidades de la ciudad. Se adaptan tan bien, que no hay nada. Justo lo que representa Cádiz, un vacío donde antes hubo actividad. Los fantásticos depósitos de tabaco que no sabemos para qué servirán han sido cedidos desinteresadamente por Altadis a la ciudad. Sólo recibirá a cambio dos mil metros cuadrados para construir doscientas viviendas de renta libre para que los que tienen dinero puedan vivir en Cádiz o especular con la escasez de casas. Para lo de las viviendas sociales  les diremos que no había sitio que siempre se lo creen. 
Tenemos que reconocerlo. Nos encantan estos días. A ella más a que nadie porque de sus tiempos de aparejadora le queda muy bien el casco. Y después vienen los besos, los abrazos. Y las fotos en las pantallas, los carteles, los periódicos. Total, la gente no tiene memoria. Hace cuatro años les dijimos que íbamos a reindustrializar la Zona Franca y crearíamos 5.000 nuevos empleos y se lo creyeron. Como se creyeron lo de los 200 millones que nos daría Montoro. Al final, lo único que era verdad era lo de la Zona Franca de Sevilla, pero de eso no hablaremos en los próximos nueve meses que Zoido y Montoro son de nuestro partido. 
Pero lo mejor está por venir. Con un poco de suerte, en abril del año que viene abrimos el segundo puente. Ya la estoy viendo a ella caminando por encima de las aguas. Ese día los rojos se van a tener que meter debajo de la cama. Y por si no llega la obra a tiempo le hemos pedido a Rajoy un Centro de Interpretación sobre el segundo puente, para que tengamos algo que inaugurar. Allí exhibiremos las firmas de los gaditanos que pidieron que el puente se abriera en el Doce. Las tenemos guardadas porque las recogimos para las elecciones anteriores y como ya llegaron los nuestros al Gobierno, pues decidimos no presionar. 
De todas formas, Rajoy ya va a hacer suficiente por nosotros cambiando la ley electoral para que gobierne la lista más votada. Por si acaso no movilizamos a nuestros viejecitos que estos derrotistas ya no le dejan a Nuestra querida Señora Alcaldesa darles de merendar, Mariano está decidido a cambiar las reglas del juego en medio del partido. 
Estamos en campaña. En nueve meses están las elecciones aquí y tenemos que gestar una nueva mayoría. Tenemos que repetir la victoria electoral y para ello usaremos las mismas armas de otros años. Maquetas, infografías, puertas abiertas. Ya tenemos aquí los bocetos para que vean lo que Cádiz podría ser un día, así cuando salgan a la calle no se darán cuenta de lo que es Cádiz a día de hoy.



jueves, 31 de julio de 2014

On air: El crimen de la bolsa

El autor confeso, detenido por la Policía.
Foto: lavozdigital.es
Estos días anda Cádiz sacudida por un macabro crimen. En realidad, los macabros crímenes se pueden contar en Cádiz con los dedos de las manos, pero como en este concurren ciertos elementos especiales y se ha producido en el mismo lugar que el anterior macabro crimen (de ese hacen ya cuatro años), pues la bilis comienza a salir por algunas bocas. Por eso en la última columna de julio he querido en esta columna alzar un poco la mirada y ver un poco más allá de los titulares llamativos.

Siempre que llega algún amigo extranjero a Cádiz y hablamos de esta ciudad una de las cosas que me gusta destacar es que es una ciudad segura. A mis amigas les encanta la posibilidad de pasear tranquilas a cualquier hora, acostumbradas, especialmente, las francesas y las sudamericanas a extremar la precaución llegadas a determinadas horas. 
Tan tranquila es esta ciudad que cada vez que se produce un asesinato saltan todos los resortes informativos. Ya sabrán que esta semana ha habido uno que transmite notables elementos de conexión con otro que ocurrió en la misma zona hace pocos años: personas de confianza que se aprovechan de este vínculo para matar a una anciana y robarle. 
A este crimen, además, se le une la condición sexual del autor confeso que ha dado lugar a algún titular de dudoso gusto en el decano de la prensa gaditana. Para colmo los hechos han sucedido a las puertas del informativamente vacío mes de agosto. La historia tiene todos los elementos para convertirse en carne de telebasura, para rellenar horas y horas de la peor televisión y de las hojas más negras de los periódicos. 
Volverán esos comentarios que hablen de las comodidades de la prisión, de la necesidad de endurecer las condenas y, algunos, incluso, tacharán la zona de peligrosa, insegura, marginal,… metiendo en el mismo saco a todos los vecinos del barrio. 
Es cierto que Guillén Moreno tiene problemas. Como muchos barrios de Cádiz. Tiene un problema de pobreza. Con las tasas de paro de nuestra ciudad, con la infravivienda que tenemos, el problema de pobreza es transversal y, quitando a tres o cuatro zonas, afecta a toda la ciudad. Pero sobre todo, tiene un problema con la droga, tanto por los consumidores como por los que trapichean con ella. 
Como en los ochenta, la droga vuelve con fuerza. Como entonces, la crisis y la desesperanza vuelve a poner en la calle ese maldito caballo que se lleva tantas vidas por delante, las que se entregan y las que se roban. 
Porque cuando hablamos de políticas sociales, cuando hablamos de paro, de desempleo juvenil, de fracaso escolar también estamos hablando de esto. De la necesidad de trabajar en la base para evitar que la epidemia del caballo vuelva a asolar nuestras calles. Aunque, de todas formas, siempre habrá crímenes que nos golpeen. Y, en estos casos, más que de crónica negra habría que tirar de Concepción Arenal con dos frases: "odia el delito, compadece al delincuente", o aquella de "abrid escuelas y se cerrarán cárceles".

jueves, 26 de junio de 2014

On air: Niños pobres, pobres niños

Ni la coronación de Felipe VI, ni las obras en las murallitas de Cádiz, ni siquiera la sentencia elogiosa de la Jueza del 3 de Cádiz sobre Teófila Martínez (aunque esta noticia llegó más tarde). Para mi, lo más relevante de esta semana ha sido la constatación del crecimiento de la pobreza infantil en España. Creo que si hay un salario social justificado es un salario infantil en el que todos los niños, especialmente aquellos cuyas familias carecen de recursos, reciban una cantidad suficiente para su alimentación y cuidados. Y no los míseros puntos que da ahora la Seguridad Social.

Este año el verano se está resistiendo a llegar tal y como todos lo conocemos. De hecho, por primera vez en lo que yo recuerdo el día de San Juan, más que de fuego fue de agua por la tormenta que sacudió a Cádiz por la mañana. Aunque no traiga el calor tórrido lo que trae seguro el inicio del verano es el final del colegio. Los niños vuelven a casa por tres meses. Son los días en los que se pone a prueba la conciliación, el apoyo de los abuelos y la paciencia de padres e hijos. 
Es difícil en esta vida de precariedad y estrés que vivimos compaginar el cuidado de los hijos con el desarrollo de la profesión. Con todo, me siento un privilegiado. Al fin y al cabo mis problemas se reducen a encontrar quién se quede con los niños cuando tengo que trabajar o qué hacer con ellos cuando no trabajo. De momento, y por suerte, no me encoge el corazón cómo pagaré el techo en el que viven ni cómo compraré pañales, leche y yogures. 
Y es que según el estudio de Unicef publicado esta semana, no son ni uno ni dos los niños pobres que no tienen qué comer. En concreto, 2,3 millones de niños españoles viven por debajo del umbral de la pobreza. Si todos los habitantes de la provincia de Cádiz fueran niños, harían falta dos provincias como la nuestra para llegar a esos 2.300.000. 
Curiosamente, en estos mismos días el INE publicó el descenso de nacimientos en España. Nuestro tradicional déficit de natalidad se hace más profundo ante esta maldita crisis. Vaya paradoja, cada vez nacen menos niños en España y de los que nacen, cada vez son más los que pasan hambre. 
El compromiso por la infancia en este país debiera ser más serio pero, precisamente, en este último período el Gobierno ha recortado los apoyos a la infancia invirtiendo 772 euros por niño menos. Y mientras que los niños pasan hambre algunas Comunidades Autónomas se niegan a abrir los comedores escolares en verano para no estigmatizar. Como si hubiera mayor estigma que pasar hambre. 
Aún así, lo de los comedores es un parche. La solución debería ser más ambiciosa y afrontar la necesidad de favorecer la conciliación pero, sobre todo, de satisfacer las necesidades de los niños cuyos padres no pueden atender por esta maldita crisis. Ahora que se habla de Renta básica y salario social creo que el esfuerzo por la infancia en España debe hacerse realidad y si algo parece justificado es un salario infantil que acabe con la pobreza.

jueves, 12 de junio de 2014

On air: La iglesia socialista

Tengo una extraña sensación con el PSOE. Los he votado alguna vez en el pasado y no me explico cómo pude incurrir en ese error. Me pasa lo mismo que cuando recuerdo mis tiempos de catequesis, confirmación y misa dominical. Sin embargo, conozco a socialistas realmente comprometidos con sus ideales como conozco a curas y monjas que trabajan por los demás como pide la Biblia. Pero por encima tienen una masa jerárquica difícil de combatir. La Iglesia y el PSOE, dos instituciones que se debilitan porque pierden a los jóvenes. Aunque en la Iglesia, al menos, el papa Francisco ha traído algo de aire fresco.

De un tiempo a esta parte, con el Partido Socialista me pasa como con la Iglesia Católica. Los veo tan alejados de la realidad, tan sumidos en sus propias cuitas que no me explico que algún día me interesase lo más mínimo por esas instituciones. Me resultan ajenos y sólo me preocupan cuando tratan de meterse en mis asuntos, en el caso de los socialistas cuando tratan de erigirse en portavoces del progresismo o la izquierda. 
He de reconocer, que como con la Iglesia Católica, hay militantes de base que merecen todo mi respeto. Personas que de verdad creen en el socialismo, incluso los hay que son obreros. Hasta algunos de esos curas de pueblo, concejales de ayuntamiento, son acreedores de mi consideración. El problema es que después llegamos a la jerarquía, los obispos y los cardenales, esos que se han perpetuado en el poder por años, los que se han hecho con el cargo y lo único que quieren es que el mundo gire sin que se mueva su sillón. 
Porque, como con la Iglesia, esta jerarquía ha renunciado a sus ideales. El marxismo ahora es de Groucho, “si no le gustan estos principios, tenemos otros”. De socialismo y obrero ni hablamos. Ahora, en plena comparación mística resulta que de republicanos sólo tienen el alma, pero a la hora de la verdad no es el momento para abrir el melón del debate entre República y Monarquía sino para mantener un supuesto pacto que hace unos años no dudaron en pisotear poniendo todo nuestro sistema al servicio del pago de la deuda. 
Tan lejos estoy del PSOE que no entiendo qué ha sucedido para que el susanismo se convierta en corriente única, casi más una plaga bíblica que una ideología. Para mi es como el misterio de la Inmaculada Concepción, sin ganar unas elecciones, Susana Díaz es la más deseada en el, de momento, segundo partido de España. Hasta tal punto que ha sido ella la que ha rechazado su ascensión a los cielos socialistas a causa, según dice ella, del fervor de las masas.
Descartada la paloma del Espíritu Santo, les queda el proceso sucesorio para elegir líder y tratar de solucionar el cisma abierto en Cataluña. Aunque no descarten que más que una renovación se haga otro cónclave en el que las voces principales vuelvan a ser las de los cardenales de siempre, González, Rubalcaba, Chaves...
El PSOE quiere acercarse a la gente pero la realidad es que cada día que pasa sus iglesias, las casas del pueblo, están más vacías y sus urnas tienen menos fieles.

jueves, 5 de junio de 2014

On air: DEP Ricardi

Ricardi en su piso de El Puerto. Foto de elmundo.es
Ayer por la noche tenía preparado un texto para la columna de esta semana. No era sobre el rey Juan Carlos ni sobre la república aunque tenía un claro componente político. Sin embargo, sobre las 10 leí que había muerto Rafael Ricardi y, a partir de ese momento, tuve claro que la columna de hoy tenía que ser un pequeño recuerdo para un hombre maltratado por la sociedad en muchos momentos pero, especialmente, en los años que pasó en prisión injustamente.

Tengo que confesar a mis fieles lectores, si es que tengo algún lector que me sigue con fidelidad, que para esta columna de hoy tenía preparada otra cuestión, otro texto. Sin embargo, ayer me enteré de la noticia de la muerte de Rafael Ricardi Robles y no podía pasar la ocasión sin despedirme de él.
Aunque, en puridad, no conozco a Rafael Ricardi. No he hablado nunca personalmente con él. Pero de todas las experiencias que he vivido en los ocho años que llevo en la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, la más bella, satisfactoria y reconfortante ha sido ver cómo mis compañeros Juan Domingo Valderrama y Antonia Alba se esforzaban y ponían su trabajo desinteresado al servicio de que un inocente saliera de prisión. 
Entre los colectivos con los que tratamos en la Asociación el de presos es uno de los más denostados. Pedir derechos para quien ha cometido un delito es ir contracorriente de esta opinión pública siempre tan maniquea. Casi más que pedirlos para los inmigrantes. Por eso visibilizar el error, hacer reflexionar sobre la estrecha línea entre culpabilidad e inocencia, sacar a la luz el problema de las prisiones, poner de relieve las torturas y las falsas confesiones que generan son objetivos prioritarios y complejísimos. El inocente en prisión que confiesa tras un largo interrogatorio y que al final, por un golpe del destino, logra probar su inocencia. La historia de Ricardi es de esas historias de manual por las que se hacen abogados algunas buenas personas. Las malas, ya se sabe, prefieren trabajar para el poder económico o político y llenar sus bolsillos. 
Vi a Ricardi en televisiones, en los periódicos, pero me quedo de él una imagen el día de la rueda de prensa que dio tras salir en libertad. En la sede de la Asociación de la Prensa de Cádiz, a Ricardi le preguntaron por la persona que le identificó y a causa de la que cumplió 13 años de condena injustamente. Rafael, con voz clara y pausada, dijo que no le guardaba ningún rencor y a mi se me heló la sangre al oír que quien había pasado tantas penurias no tenía su corazón emponzoñado, no sentía odio por aquella que lo acusó sin ser verdad. 
Porque a mi, lo que me llamaba la atención era su interior. Envidiaba su perdón, su alma limpia, su capacidad para seguir de pie después de 13 años privado de libertad. Día a día se despertaba consciente de que él no había cometido las violaciones y debía temer que nunca se hiciera justicia. 
Ricardi murió ayer, en la cama, durmiendo la siesta. Al menos no sufrió. Bastante sufrió en vida durante los 13 años que le robaron y que nunca podrán devolvérselos.

viernes, 30 de mayo de 2014

On air: Radicales

La irrupción de Podemos en el panorama político ha desatado a los opinadores de la derecha, que últimamente alcanzan hasta al mítico símbolo de la socialdemocracia que era El País. Podemos ha sido calificado por unos y otros como radicales y, es cierto, puede ser que algunos nos estemos radicalizando. O que el discurso oficial haya girado tanto hacia el neoliberalismo que planteamientos clásicos de socialdemocracia se hayan transformado en el anticristo.

Hubo una época en la que me sentía socialdemócrata. No hace mucho tiempo de aquello. El comunismo clásico me superaba y creía en una forma de sociedad en la que se respetaran los derechos de las minorías, se reforzaran las garantías del ciudadano ante el poder y se consolidara el respeto de la clase obrera frente al capital, todo ello sin recortar las libertades públicas ciudadanas.
Pero aquello saltó por los aires. Fue un poco con la caída del Muro de Berlín, otro poco con el 11S y un poco más con el colapso del capitalismo de casino y la gran crisis que trajo consigo. En España la cosa aún ha ido peor porque hemos pagado las costas de esa gran farra de casinos europeos y los excesos cometidos por quienes nos gobernaban que con nuestro dinero diseñaron un país sin más futuro que el de asegurarse su futuro próximo ganando las siguientes elecciones y su futuro lejano con una jubilación en una gran empresa o, directamente, llenando sus bolsillos en Suiza. Cuando se inició esta gran crisis Nicolas Sarkozy afirmó que habría que refundar el capitalismo pero, finalmente, llevamos camino del neoliberalismo más feroz y ante tales planteamientos las ideologías de izquierda se convierten en radicales. Porque, al fin y al cabo, entre rescatar con mis impuestos a los bancos y a los que duermen en los bancos, yo me quedo con los segundos y con el salario social. Entre tolerar las preferentes o juzgar a Blesa, yo quiero exigir responsabilidades. Porque frente a la absoluta libertad de empresa entiendo que hay un mínimo de derechos laborales que deben respetarse. Porque me enseñaron maestros y me curan médicos de la pública. Porque es difícil no ser radical sabiendo que hay tantas viviendas vacías y que Rita, Aycha, Milagros, Noelia y tantos otros no tienen un techo para sus hijos. Si es así, probablemente me haya radicalizado. Y aunque no me gusten los egocentrismos mesiánicos, ni soporte a Pablo Iglesias prefiero su curriculum a los inexistentes de Susana Díaz o Moreno Bonilla. 
No he votado a Podemos pero creo que se trata de una de las irrupciones en el panorama político español más interesantes de los últimos 30 años. Habrá que estar atentos a la evolución del proyecto porque lo conseguido en cuatro meses ha de asentarse pero su discurso gusta. Y cala en más de un millón de españoles que sienten, como yo, que si te enfrentas este capitalismo salvaje, despiadado y sin alma te conviertes en radical.