El chiste de Mel publicado en Diario de Cádiz el martes y tomado de su blog: http://elchistedemel.blogspot.com.es/ |
El Partido Popular tolera muy mal las protestas en la calle. Lo llevan en su ADN. Debe ser porque su padre fundador pronunció aquella famosa frase de “La calle es mía”. Fraga se servía para imponer su ordeno y mando en la vía pública de la denostada figura del Gobernador Civil. De aquella vieja estirpe de los Gobernadores Civiles, con fidelidad inquebrantable al régimen, proceden estos Subdelegados del Gobierno de ahora cuyo único mérito conocido es, precisamente ese, la adhesión permanente al poder.
Miren si no el ejemplo del actual Subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, ascendido desde su cargo de Inspector de Trabajo. Ese ascenso no se debe a lo bien que ha funcionado la inspección de trabajo en una provincia que se caracteriza, precisamente por los fraudes laborales, la economía sumergida y los abusos a los trabajadores.
De Torre es un caso paradigmático del principio de Peter, en la jerarquía del poder ha ascendido hasta su nivel máximo de incompetencia. Por eso, cuando le birlaron ante sus narices 400 kilos de droga en el depósito cuya custodia le correspondía como responsable último ni se le pasó por la cabeza dimitir. Eso habría supuesto dejar de aparecer en las fotos de los periódicos. Todo lo contrario, dio carnaza a la opinión pública con pistas falsas, ideas peregrinas y un convencimiento de localizar a los responsables que, con el paso de los meses se transforma en ridículo. Mientras, esa droga sigue en la calle segando la vida de nuestros jóvenes.
Como decía, su interpretación del uso del espacio público merece capítulo aparte. Ha convertido el trámite de la comunicación previa en un sistema de control del ejercicio del derecho constitucional de manifestación. Le constan, al menos, dos sentencias del TSJA considerando que incumplió la ley al imponer límites a manifestaciones que, curiosamente, se dirigían contra instituciones del Partido Popular.
En su última acción de relevancia han vuelto a mostrarse sus vicios: recortar derechos y defender al Partido Popular. En efecto, ha abierto un procedimiento sancionador a Pro Derechos Humanos por una concentración pacífica y sin ningún tipo de incidentes ante la sede del Partido Popular.
Supongo que pedir la dimisión de un tipo así es un esfuerzo baldío. Como pedir su destitución. Él defiende los intereses de la mano que le mantiene en el cargo. Sirvan al menos estas líneas para expresar que mientras que el poder lo ejerzan personajes así, serviles, ignorantes, ineficaces, más pendientes del titular que del objetivo e incapaces de asumir responsabilidades, jamás remontaremos el vuelo.
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