Como si fuera una candidata a Miss Universo en la entrevista ante el jurado, Susana Díaz ha manifestado su deseo de acabar con el hambre. El hambre en Andalucía, concretamente; y, para ello, promete tres comidas al día a los escolares andaluces.
Tan loable objetivo admite poco nivel de crítica. Que haya niños que pasen hambre supone la más grave puesta en cuestión de nuestros principios esenciales y que el hambre no se produzca en desiertos lejanos ni en dictaduras sanguinarias sino entre nuestros colegiales, exige acciones contundentes. Con todo, los hay que cegados por las siglas de su partido son capaces de comparar comer con tener una bicicleta. Esos quedaron tan retratados con sus argumentos que no merecen más comentarios.
Si acaso, se le podría plantear a la Lula de Triana que ella pertenece al partido que lleva 30 años ininterrumpidos gobernando nuestra Andalucía y que, si a estas alturas, hay niños en nuestra tierra que pasan hambre los principales responsables se sientan con ella en el Consejo de Gobierno o en los Congresos del partido que Susana gusta tanto de controlar.
Pero curiosamente, en ese planteamiento contra el hambre, el PSOE andaluz ha olvidado a una parte de la población que reside en nuestros municipios: los inmigrantes en situación irregular o, en este caso, sus hijos. No es algo nuevo, con la normativa actual estas personas no pueden recibir en Andalucía ayudas para las guarderías, ni becas de comedor, ni programas extraescolares. La desatención se convierte en persistente cuando el proyecto de decreto contra la exclusión excluye taxativamente a estas personas de las ayudas, entre las que destacan las tres comidas diarias.
Ya ha pasado con la atención sanitaria. El discurso inicial fue aquel de que en Andalucía a nadie se le iba a negar la atención sanitaria. La realidad es que para un inmigrante en situación irregular conseguir que le atienda un médico en un ambulatorio andaluz en una carrera de obstáculos que muchas veces no acaba bien. Pasará como en Baleares, cuando haya un muerto por falta de atención se rasgarán las vestiduras.
En todo caso, el ejemplo de las tres comidas es paradigmático. Quieren acabar con los niños que pasan hambre en Andalucía y se olvidan precisamente de los que están en peor situación, aquellos cuyos padres no pueden trabajar legalmente. Tan preocupados por el hambre no pueden estar cuando excluyen los más excluidos de los excluidos. O quizá no les interese tanto acabar con el hambre en Andalucía como mostrar ante la opinión pública una sensibilidad social impostada. Más o menos como la candidata a Miss Universo en la entrevista ante el jurado.
jueves, 9 de mayo de 2013
On air: Susana miss Universo
La noticia de que la Junta de Andalucía va a garantizar tres comidas a los escolares andaluces es excelente. El problema es que mirando la letra pequeña la Junta se ha olvidado de los inmigrantes en situación irregular y de sus hijos. No es algo nuevo, porque ya están estas personas fuera de las ayudas relacionadas con los colegios andaluces. La situación la ha denunciado, entre otros, APDH-A y a mi me ha hecho surgir la necesidad de denunciar esta hipocresía, en la persona de quien más se ha señalado presumiendo del nuevo Decreto, Susana Díaz.
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