Rajoy nos saca la lengua. Foto tomada de minernm.blogspot.com.es |
La columna de esta semana me ha quedado deprimente. De hecho, es un poco depresiva porque la situación no invita a otra cosa. La realidad del dolor que el desempleo está llevando a muchas personas que conozco se constata con estos días en las que surgen las grandes cifras. Seis millones de parados y el anuncio de más recortes para hoy. Más presión que llevará más paro.
Maldito jueves éste. Y no lo digo por las cuestiones futboleras que tienen desde el martes con depresión sucesiva y coincidente a las dos medias Españas que se preocupan del balón. Este jueves duele por otras razones.
Ya era un jueves negro de antes. En su condición de víspera de viernes de Consejo de Ministros, el anuncio de que Mariano Rajoy había abandonado la pantalla plana para afilar las tijeras suponía un golpe mortal para nuestra tranquilidad. Nadie sabe a ciencia cierta lo que aprobará mañana el Consejo de Ministros porque la sensación es que no lo saben ni ellos. Rajoy, que alardeó de coherencia y previsibilidad y criticó los bandazos del gobierno ZP, se ha convertido en un auténtico esperpento que hace bueno al que parecía el Gobierno más ineficaz de la historia de España.
Rajoy anuncia que podría subir los impuestos y al día siguiente lo niega. Con los antecedentes del sujeto la ciudadanía se intranquiliza más cuando lo niega que cuando lo afirmó. Mañana habrá más recortes y vienen a nuestra memoria aquellos viernes de finales de 2011 en los se aprobaban sacrificios que nos prometían que nos sacarían de la crisis. Aquellos días en los que el paro aún no había alcanzado los cinco millones y sus votantes esperaban que el gobierno del Partido Popular guiara la economía por la senda de la recuperación. Pero no, está claro que no.
No hay que ser muy inteligente para entender que la subida de impuestos no contribuye a reforzar el consumo y que el abaratamiento del despido no ayuda a la creación de empleo. Sin empleo, el consumo cae. Sin consumo la burbuja capitalista pincha y el aire de la explosión se lleva por delante a millones de personas. A seis millones, concretamente. Porque si por algo es este jueves maldito es porque la EPA nos ha puesto sobre la mesa que son más de 6 millones los españoles en paro, por primera vez en la historia.
Para colmo, nos anuncian que van a retrasar la edad de jubilación. Lógicamente, retrasar la edad de jubilación incrementa el paro porque cae la tasa de reposición. Pero a ellos no les importa, el objetivo es reducir las pensiones porque cada vez es más difícil trabajar y cuantos más años obligues a cotizar y más años tomes de referencia, menos cobrarán los pensionistas que, no olvidemos, a estas alturas son los que sostienen la economía de muchas familias.
Sólo un dato bueno: la prima de riesgo ha descendido y eso le sirve a Rajoy para alardear de que los mercados confían en él. Pero los ciudadanos, no. La sociedad no confía en Rajoy. Después de año y medio creo que hay razones suficientes para que se vayan. Nos están hundiendo en el barro y, de camino, se están cargando nuestros derechos y nuestro Estado del Bienestar. Maldito jueves, éste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario