viernes, 17 de junio de 2011

On air: Es caprichoso el azar

Con un día de retraso, esta mañana salió a las ondas mi columna en el Hoy por Hoy Cádiz. La razón del retraso ha sido el motivo de la columna, el fuego en el edificio de la calle Brasil. Porque, como decía la canción de Serrat, es caprichoso el azar. En su historia, para encontrar el amor, pero en la vida, muchas veces, para llevarte una desagradable sorpresa.


Loaiza compatibilizará su cargo de alcalde de San Fernando con el de presidente de la Diputación de Cádiz a pesar de lo que había dicho en la campaña electoral. Cayo Lara es abucheado en una concentración contra un desahucio. Diputados catalanes reciben insultos, zarandeos y escupitajos antes de recortar los gastos en educación, sanidad y políticas sociales. Loreto suspende sus fiestas porque el Ayuntamiento no garantiza la subvención. Un político acusado de xenofobia gestionará los recursos sociales del tercer ayuntamiento de Catalunya. Otro, imputado por cohecho será presidente de todos los valencianos. Los socialistas sacan a pasear la pinza para reforzar el voto útil. 
Son muchos temas para iniciar discusiones, debates, intercambios de pareceres en los que nos podemos enfrascar durante horas, haciendo parecer que nuestro tema, lo que nos preocupa hoy es lo más importante en el mundo. Será por la sangre latina, pero reconozco que, en ocasiones, soy uno de esos. De los que se indigna, se molesta, discute, se enfada,… aunque siempre en un tono pacífico. 
Sin embargo, la realidad nos espera a la vuelta de la esquina con una sorpresa para relativizar lo que es verdaderamente importante. Como les pasó a esos vecinos de Lorca a los que Radio Cádiz dedicó su recuerdo y su hermanamiento el martes. Un ejemplo de lo caprichoso que es el azar. La tierra tiembla y de un segundo para otro pierdes todo, el techo en el que vives, el cobijo de tu familia, tus cosas más personales,… 
Algo parecido cabe decir de los vecinos del edificio de la calle Brasil que se vieron sorprendidos por un incendio ayer por la mañana. Salta una chispa que prende por la pintura y en un rato las llamas devoran un edificio entero. 
Ya llegará el momento de buscar responsables, de comprobar por qué no funcionaron las medidas de seguridad, de encontrar los motivos que han quebrado la tranquilidad de muchas familias, de esas personas a los que los bomberos han tenido que rescatar y que han visto arder su casa. 
Hoy lo que toca es apoyar y solidarizarse con todos esos afectados que durante muchos días no podrán dormir en su casa y, por supuesto, felicitar a los bomberos y al personal de seguridad por la efectividad de su reacción, especialmente habida cuenta de que no hay que lamentar víctimas. Con gente como ellos sabemos para qué sirven nuestros impuestos. Y recordar que a veces lo que creemos importante, no lo es tanto.

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