jueves, 3 de mayo de 2012

On air: Asesores




La columna de hoy tiene una triple motivación. Por una parte, leí en El Mundo las cifras de asesores con los que cuenta Rajoy. Poco después, alguien me dijo que una asesora del Ayuntamiento se había molestado conmigo porque yo insinué que había sido contratada a dedo. Para completar, me pasaron la información sobre el número de asesores y la función que desarrollan los dedocráticamente nombrados en el Ayuntamiento de Cádiz. Con ese material, he hecho la columna de hoy.

Si yo fuera del Partido Popular, durante los últimos ocho años habría estado echando pestes acerca de los asesores de los políticos. Como no lo soy, he de decir que la figura del asesor, como tal, no me parece especialmente rechazable. Es más, en las postrimerías del zapaterismo me llamaron para ocupar uno de esos puestos de libre designación. Pensarán algunos que ya estaba mal el zapaterismo para que se fijaran en alguien como yo. Estoy de acuerdo. De hecho, en la primera reunión se dieron cuenta de que se habían equivocado de persona. Quien ocupó aquel puesto, un excelente profesional con el que mantengo una buena relación, trabajó mucho más de lo que trabajan la mayoría de los funcionarios de carrera e, incluso, de la mayoría de la empresa privada.

Ya digo que no me opongo a la figura del asesor. Si es una persona especializada en el tema del que se trata y mantiene el criterio y la decencia suficientes para disponer de un discurso propio, puede ser una figura muy útil dentro de una Administración, demasiado anquilosada por una parte y excesivamente ideologizada por la otra.Lo que me parece extraño es que aquellos que satanizaron a los asesores, que acusaron al anterior gobierno de su uso y abuso, ahora acudan a esa figura con tanta profusión. Según datos de un periódico tan nada sospechoso de antipopular como El Mundo Rajoy ha incrementado en un 27% el personal nombrado a dedo y en un 46% el de asesores. El actual presidente del Gobierno mantiene, además, el mismo número de personas en La Moncloa que su antecesor.

Por mucho que se molesten algunas asesoras, todos los asesores son nombrados a dedo. No hay oposición, concurso, ni nada que se le parezca. Los habrá mejores y los habrá peores. Algunos serán más independientes y otros menos. Habrá excelentes profesionales y también meros comisarios políticos de control. Los escogerán por méritos, por ser familiares o en agradecimiento a los servicios prestados por posicionarse siempre a favor de los que gobiernan o gobernarán. Pero todos son escogidos por el dedo del que manda.

Por cierto, que el perfil de los asesores de una Administración dice mucho de esa entidad. Es el caso del Ayuntamiento de Cádiz. De once asesores, en el Ayuntamiento de Cádiz, nueve de ellos son periodistas. El dedo de Teófila siempre señala al mismo sitio, a su gigantesco Gabinete de Prensa y dice mucho de su estilo. Nueve para contar lo que hacen dos. Si es que lo hacen.

1 comentario:

  1. Para uno, o una, que hace algo por disminuir la cifra de paro de nuestra profesión, vas y lo criticas...

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