jueves, 3 de febrero de 2011

On air: La flautista de Cadilin

Foto: maestradeprimaria-nieves.blogspot.com/2009/12/el-flautista-de-hamelin-autor.html
El texto de hoy es una ocurrencia que surge después de leer un reportaje del Diario de Cádiz, sobre la explotación de los datos del Padrón para Cádiz y su provincia.  Los datos eran tan nefastos, tan tristes, que solo me he podido permitir esta ocurrencia. Esta maldita ocurrencia porque yo preferiría hablar de una ciudad próspera, con espacio para sus vecinos, accesible, que integra a los jóvenes en lugar de expulsarlos, que no tiene 5.000 viviendas vacías... Pero no puedo porque no es verdad. Y para difundir lo que no es verdad ya está la publicidad del Ayuntamiento.

Cuenta la leyenda que en una pequeña villa alemana llamada Hamelin hubo una invasión de ratas. Para hacer frente a las ratas, los habitantes tuvieron que solicitar los servicios de un flautista que logró hacer desaparecer todas las ratas ahogadas en el río. Sin embargo, los vecinos del pueblo no quisieron pagar los servicios del flautista. Este decidió vengarse de los aldeanos y para ello se llevó a todos los niños del pueblo embrujados con la melodía de su flauta. Unos dicen que el flautista se llevó a los niños al este. Otros que los ahogó en el río como había hecho con las ratas. Sea como fuere, los niños nunca volvieron a Hamelin.
Me acordaba de esta leyenda el martes al leer el reportaje que publicaba José Antonio Hidalgo en Diario de Cádiz sobre la evolución de la población en Cádiz. Los datos  eran demoledores: en los últimos diez años Cádiz ha perdido 14.000 habitantes entre jóvenes y niños. La inversión de la pirámide poblacional da pavor. En Cádiz, en la ciudad de Cádiz, hay más viejos que jóvenes. 22.000 menores de 20 años. 23.000 mayores de 65.
No voy a utilizar la ironía. Ni siquiera les voy a pedir que reflexionen. Sólo voy a emplear esta columna para manifestar mi tristeza. Mi honda y profunda tristeza, porque la ciudad que yo quiero, la ciudad en la que nací, la ciudad de mi padre y de mi hijo se queda sin jóvenes. Según las estadísticas, pierde cuatro al día que son la prueba de su decadencia porque al quedarse sin jóvenes se queda sin futuro.
El flautista de Hamelin sabía que la mejor manera de sentenciar a muerte a una ciudad era eliminar a sus niños. Al flautista le dieron igual los aparcamientos subterráneos, las piscinas de agua salada, los tanatorios que hubiera o los desayunos que los viejos de Hamelin se pudieran tomar. Él sabía que sin los niños y los jóvenes de hoy no habrá adultos mañana que tengan, a su vez más niños con los que garantizar el porvenir. Y los viejos de Hamelin también lo sabían. El ejemplo de la leyenda del flautista es tan de Perogrullo que da vergüenza darlo, pero parece que en Cádiz es necesario.

El flautista, con su música, raptó 130 niños de Hamelin. En Cádiz han desaparecido 14.000 en los últimos diez años. Pero no se preocupen, queridos oyentes. A partir de mañana hay Carnaval, el mejor del mundo. Y, por si acaso, a alguien se le ocurre pensar, Onda Cádiz les insertará en su cerebro la melodía embrujadora entre copla y copla: “a pesar de la crisis, con el Ayuntamiento de Cádiz, sí”.

2 comentarios:

  1. A pesar de compartir tu preocupación, yo mantengo la esperanza de que nuestra ciudad tarde o temprano resurja en esplendor. Yo creo que estamos en el camino. ¿Puedo transmitirte esa ilusión?

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  2. Gracias por la ilusión, Antonio. Y sobre todo, gracias por compartirla en este espacio en el que los ilusionados son bienvenidos, pero los ilusionistas rechazados. Yo también quisiera ilusionarme, pero no me gustaría que me tomasen por iluso.

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