La columna de hoy se ha iniciado tras ver las portadas de los dos periódicos de papel y de pago de la ciudad. Sé que no es cosa de los periodistas que van a las noticias que les dicen sus jefes. Probablemente sea culpa de esos jefes que no saben ver lo que pasa en la ciudad. Es más, en el caso del Diario de Cádiz no creo que se trate ni de una omisión consciente, sino de un error de apreciación e importancia. En el otro caso sí hay una voluntad de primar lo anecdótico frente a lo esencial.
Toda esta gente no es importante para los dos periódicos de Cádiz. Foto: Rafa Lara |
Una de las cosas que más me sorprendió de mis primeros acercamientos con los movimientos sociales fue su explícito rechazo a los medios de comunicación. Yo, que me crié con la confianza de que lo que no salía en los periódicos no existía, me veía desbordado por aquellas declaraciones de desprecio hacia los intereses de los medios de comunicación.
A gran escala era consciente que determinadas cabeceras están más pendientes de la estrategia política que de la realidad. También sabía que algunos periodistas preferían acercarse al poder antes que a la calle. No obstante, conocía a buenos profesionales esforzados por ofrecer una visión contrastada de la realidad, sobre todo en los medios locales en los que ciertas realidades no se pueden ocultar. Si de verdad hacemos algo interesante y que llame la atención, los medios informarán. Así creía y así ha sido siempre su comportamiento con APDHA.
Y no digo que no sea así, pero sorprende acercarse al quiosco gaditano hoy. Ayer por la tarde salieron a las calles de Cádiz una cantidad próxima a los 5.000 gaditanos para reclamar trabajo para la Bahía. Es lo que nos ha quedado a la clase obrera, salir a la calle a pedir trabajo, casi como esos pedigüeños a la puerta de las iglesias pedían, y cada vez más piden, limosna. Fue una manifestación pacífica y multitudinaria. Posiblemente, dadas las cifras de parados de nuestra Bahía, debería haber sido aún más masiva. Es posible, pero eso no quita para que fuera el acontecimiento de ayer en la ciudad.
Sin embargo, hoy el Diario de Cádiz ni lo menciona en portada. Prefiere centrarse en un torero que ha venido a operarse a la ciudad. Cinco mil personas en la calle y ellos le dedican la foto a un torero. Casi peor es lo de la competencia que sí que saca foto de la manifestación pero para contar en portada que a Diego Cañamero no se le permitió estar en la cabecera. Ni una referencia a la cantidad de gaditanos, a los mensajes, al carácter pacífico de la manifestación. Quien viera ayer pasar la masa por la calle Ancha y vaya hoy al kiosco pensará que lo de ayer fue una alucinación.
Negar la realidad en tiempos como los actuales, con las redes sociales y los medios alternativos de comunicación es especialmente absurdo. No estoy hablando de ocultar la imputación de Romaní en el titular. Ni siquiera de loar las bondades de la Alcaldesa que les paga la publicidad. Estoy hablando de contar la realidad, esa que pasa ahí afuera y que afectó ayer a 5000 gaditanos, a sus familias y allegados y a los habitantes del Casco Antiguo de Cádiz. Si a esos periódicos no les interesan los gaditanos, que no se extrañen que a los gaditanos no les interesen esos periódicos.
La respusta debería de ser que, al menos los 6.000 que estuvimos en la manifestación nadie comprara esos periódicos. Y cuando seamos 10.000 que ninguno de los 10.000 los compre.
ResponderEliminarA ver si así aprenden.
Saludos