 |
La foto de Palazón en El País |
Hace unos días me llamó la atención la noticia de que en el Ayuntamiento de Alicante se había votado contra la presencia de imputados en las listas municipales pero se había hecho de tal forma que se evitara la foto de los concejales en la votación. También en Alicante andaban preocupados con la presencia del Rey y Rajoy en unas jornadas y su posible coincidencia con la alcaldesa de esa localidad y las fotos que eso pudiera provocar. Al final parecía que lo único que preocupaba de una alcaldesa imputada es que se hicieran fotos con ella. Es una nueva modalidad política, la no foto. Ayer la practicó en Cádiz la ministra Ana Pastor.
Si ya el proverbio chino apuntaba
aquello de que una imagen vale más que mil palabras, en esta sociedad nuestra
de la inmediatez y la sobreinformación, las imágenes alcanzan un valor
esencial. La foto es lo que impacta, lo que llega, lo que repugna o lo que
alcanza.
Sirva como ejemplo la foto de
José Palazón, el activista melillense por los derechos de los inmigrantes que
la próxima semana participará en unas jornadas en Cádiz, en la que se podía ver
a unos subsaharianos encaramados a la valla mientras que justo abajo otros
señores, con otro color de piel y otro origen, jugaban al golf. Es la
fotodenuncia, esa modalidad de periodismo que cultiva tan bien en Cádiz nuestro amigo Eulogio.
Los políticos hace mucho tiempo
que se dieron cuenta de la fuerza de la foto. Es clásico referirse a la visita
de uno de aquellos que cobra salario público por ganar elecciones con el
conocido “ha venido a hacerse la foto”. Recientemente lo hizo el consejero De
Llera en la inauguración del Foro Provincial de la Inmigración. Foto y a otra
cosa que hay que salir en los periódicos.
Una de las grandes damas de la
fotografía política es nuestra querida señora alcaldesa. Hubo tiempos mejores
en los que resultaba complicado encontrar una página del Diario de Cádiz en la
que no apareciera doña Teófila. No hay que irse muy lejos para recordar su foto
con la Asociación de Vecinos de Loreto en plena crisis del agua que servirá
para que nadie pueda decir que ella no fue al barrio.
Sin embargo, ahora que vienen mal
dadas se ha puesto de moda una evolución del concepto: la no foto. Ha pasado
hace unos días con el Rey Felipe, Mariano Rajoy y la alcaldesa de Alicante,
Sonia Castedo. El problema dejó de ser la pluriimputación de la alcaldesa sino
que se viera una foto de Rajoy con Castedo, supongo porque sería la forma
visual de demostrar que el PP no está haciendo, ni mucho menos, todo lo posible
contra la corrupción.
Otro ejemplo de no foto lo
tuvimos ayer con la ministra Pastor. La mujer que susurraba al levante no quiso
esta vez posar con el casco y los chalecos amarillos ante la eterna obra del
Segundo Puente. Ese que, según dijo ella misma hace algún tiempo, estaría
terminado por esas fechas. Para evitar el bochorno, realizó una comparecencia
aséptica en el Palacio de Congresos. Repitió el anuncio del año pasado: el
puente estará acabado el año que viene. Algún año acertará. Y entonces sí
vendrá a hacerse la foto.